viernes, 15 de noviembre de 2019

NADIE CONVENCE A NADIE DE NADA


NADIE CONVENCE A NADIE DE NADA

Hacerse adulto pasa por comprender (entre otras cosas no menores) que todo debate es estéril, porque nadie es capaz de convencer a nadie de absolutamente nada.

Los tontos no cambian de opinión porque compensan su falta de ideas aferrándose con fervor a las pocas que tienen, como si se tratara de esa vieja camiseta que deberíamos tirar al cubo de la basura pero que nos recuerda tanto a nosotros mismos que resulta demasiado doloroso prescindir de ella.

La gente normal tampoco lo hace porque en las discusión convencionales el ego y la soberbia pisotean cualquier brote (verde o no) de racionalidad, que queda ahogada en un colapso de prejuicios, tópicos, lugares comunes, adherencias inexplicables y adhesiones inquebrantables. Las ideas de los demás, cuando no coinciden con las propias son contempladas como una agresión, como una sandez inexplicable o como una mezcla de ambas cosas.

Y los listos lo hacen menos que cualquiera de sus congéneres porque desde el momento en que uno se considera a sí mismo un individuo inteligente tiende a asumir -lenta e imperceptiblemente-  que sus ideas y opiniones son más brillantes que las de los demás y eso le hace a uno bastante refractario a todo pensamiento que no sea de cosecha propia. (*)

Discutimos en vano. No convencemos a nadie de nada.

No tenemos ideas. Tenemos intereses que moldean férreos lugares comunes y prejuicios. Por eso nunca me han interesado los debates políticos: porque no encuentro nada interesante en un juego en el que nadie puede conseguir absolutamente nada de provecho. Es como jugar al fútbol sin porterías: un deporte masturbatorio. Una pérdida de tiempo.

Eso es todo amigos.

(*) La verdadera inteligencia pasa, a mi juicio, por intentar entender no sólo las razones del otro sino las razones que explican sus razones: lo que la gente piensa, lo que la gente dice que piensa, la razón por la que cree que lo piensa y la razón por la que realmente lo piensa (que son cuatro cosas completamente distintas). Ese ejercicio de empatía es esencial pero no consiste, como suele creerse, en ponerse en el lugar del otro -porque si hacemos eso seríamos nosotros en su lugar, no ellos mismos- sino en ser, por un instante, el otro y ver el mundo con la reveladora luz de sus propios ojos.

martes, 12 de noviembre de 2019

Teoría de Jerarquía de Necesidades de Maslow



Teoría de la jerarquía de necesidades

Grupo de estudio Psicología Transpersonal Bs.As.
Probablemente estemos en lo cierto al decir que la teoría más conocida de la motiva­ción es la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow. Él presenta la hipótesis de que dentro de todo ser humano existe una jerarquía de las siguientes cinco nece­sidades.

Fisiológicas: incluye el hambre, la sed, el abrigo, el sexo y otras necesidades corporales
De seguridad: incluye la seguridad y protección de daños físicos y emocio­nales.
Sociales: incluye afectos, la sensación de pertenencia, aceptación y amistad.
De Ego: incluye factores internos de estima, como el respeto a uno mis­mo, la autonomía y los logros; y factores externos como el status, el recono­cimiento y la atención.
De autorrealización: el impulso de ser lo que se es capaz de ser; incluye el crecimiento, alcanzar el potencial de uno y la autosatisfacción.


Esquema de las Necesidades

A medida que se satisface cada una de estas necesidades en lo sustancial, el siguiente nivel de necesidades se vuelve do­minante. En términos de la figura, el individuo sube por los escalones de la jerarquía. Desde el punto de vista de la motiva­ción, la teoría indica que, aunque ninguna necesidad se satisface siempre, una necesidad que ha quedado en gran parte satisfecha ya no motiva. De manera que si uno desea motivar a alguien, de acuerdo con Maslow, necesita comprender en qué nivel de la je­rarquía está en la actualidad, y enfocarse a la satisfacción de las necesidades en ese nivel o el siguiente superior.

Maslow separa las cinco necesidades en órdenes superior e inferior. Describió las necesidades fisiológicas y de seguridad como de orden inferior, y las sociales, de estima y de autorrealización como necesi­dades de orden superior. Esta diferenciación entre los dos órdenes se hizo a partir del criterio de que las necesidades de orden superior quedan satisfechas en lo inter­no (dentro de la persona), mientras que las necesidades de orden inferior quedan satisfechas predominantemente en lo externo (por el pago, los contratos sindicales y el ejercicio de un puesto, por ejemplo). De hecho, la conclusión natural a la que se debe llegar partiendo de la clasificación de Maslow es que, en tiempos de abundan­cia económica, casi todos los trabajadores con empleos permanentes han satisfecho de manera considerable sus necesidades de orden inferior.

La teoría de las necesidades de Maslow ha recibido un amplio reconocimiento, en particular entre los administradores profesionales. Se puede atribuir esto a la ló­gica intuitiva y a la facilidad de su comprensión. Sin embargo, por desgracia, la investigación no respalda en general dicha teoría. Maslow no proporcionó una veri­ficación empírica, y varios estudios que intentaron respaldar su teoría encontraron que no había apoyo para la misma.

Las viejas teorías, en especial aquellas que son intuitivamente lógicas, parecen difíciles de abatir. Un investigador revisó la evidencia y llegó a la conclusión de que aunque tiene una gran popularidad en la sociedad, la jerarquía de necesidades, como teoría, continúa recibiendo poco apoyo empírico”. Además, el investigador concluyó que “la investigación disponible ciertamente debe hacer que estemos re­nuentes a aceptar sin reservas las implicaciones de la jerarquía de Maslow” ·  Otra revisión llegó a la misma conclusión. Se ha encontrado poco respaldo para la pre­dicción de que las estructuras de las necesidades estén organizadas de acuerdo con las dimensiones propuestas por Maslow, de que las necesidades insatisfechas moti­ven, o que una necesidad satisfecha active el traslado a un nuevo nivel de necesidades.

domingo, 10 de noviembre de 2019

LAS MASAS CIEGAS...

LAS MASAS CIEGAS Y SU SENTIMIENTO CUASI RELIGIOSO, 
FANATISMO E INTOLERANCIA COMO RESULTADO...

Desde una perspectiva ontológica, importa si son 1 millón en 18 millones? Si son un 40 % en un 60%?
No hay discernimiento en la nebulosa donde todos los gatos son pardos.Examinando de cerca las convicciones de las masas, tanto en las épocas de fe como en las grandes conmociones políticas, tales como las del último siglo, se comprueba que presentan siempre una forma especial, que no puedo determinar mejor sino dándole el nombre de sentimiento religioso.
Generalmente, la intolerancia y el fanatismo constituyen el acompañamiento de un sentimiento religioso. Resultan inevitables en aquellos que creen poseer el secreto de la felicidad terrenal o de la eterna. Estos dos rasgos aparecen en todos los hombres agrupados, cuando les arrastra una convicción cualquiera.
Las creencias políticas, divinas y sociales no se establecen en las masas sino a condición de adoptar siempre la forma religiosa que las pone al abrigo de discusiones. Si fuese posible hacer adoptar a las masas el ateísmo, tendría todo el intolerante ardor de un sentimiento religioso y, en cuanto a sus formas exteriores, se convertiría rápidamente en un culto.