jueves, 28 de noviembre de 2019

CURSO: MEDITACIONES ACTIVAS 2020




La meditación es LIBERTAD

Si la vida fluye hermosa, natural­mente, si no hay maestros negativos para la vida, si no hay ni políticos ni sacerdotes que te distraigan, enton­ces, cerca de los cuarenta y dos años, exactamente al llegar la madurez se­xual, madura la meditación. Alrede­dor de los cuarenta y dos años, uno comienza a sentirse volcado hacia adentro. Cerca de los catorce años, uno empieza a volcarse hacia los de­más, se torna extravertido. El amor implica extraversión; la relación es pensar en el otro. La meditación es in­troversión, y significa pensar en el propio ser, en el centro de uno mismo.
Entre los catorce y los cuarenta y dos años, se produce un cambio. Poco a poco, uno vive la vida, conoce lo que es el amor, sabe de su satisfacción y de su frustración, de su alegría y de su tristeza, de su belleza y de su es­panto, sabe que hay momentos de in­tenso éxtasis y, después, grandes va­lles de oscuridad. Entonces, uno em­pieza poco a poco a volcarse hacia el propio ser, dado que depender del otro nunca puede producir verdadero éxtasis. Si tu placer depende del otro, ese placer nunca puede tener en sí mismo la cualidad de la libertad. Y un placer que no tiene la cualidad de la libertad no es un gran placer. Si eres dependiente respecto del otro, enton­ces hay allí una limitación. El placer al que se accede a través del amor es momentáneo: sólo puedes encontrarte con el otro en algunos momentos; lue­go, te separas y te sientes solo. Entre­tanto, te sientes solo. Sólo por un mo­mento te unes con el otro. Entonces, uno empieza a pensar: "¿Hay alguna manera de hacerse uno con la existen­cia y no sentirse solo nunca más?" 
En esto consiste la meditación. El amor es unirse a la existencia a través de otra persona sólo durante algunos momentos. La meditación es unirse a la existencia eternamente.
Yoga quiere decir "unir". Esto debe suceder en algún profundo lugar del corazón. Y entonces hay placer y hay libertad. Y entonces hay dicha, pero no seguida de un valle de oscuridad. Entonces, la felicidad es eterna y la celebración es eterna. 

Política y Radicalidad - Padre Pío

Política y Radicalidad - Padre Pío


Queridos hijos,
Mi alma se turba cuando los noto tan extremadamente pendientes de resultados políticos, que les generan un estado energético similar al que les notamos en el campo deportivo: radical.
Pierden la capacidad de razonar con el corazón, muy por el contrario: se dejan llevar por conceptos aprendidos, culturales, familiares, que no les dejan ver más que el árbol que tienen enfrente, y no ven el verdor del bosque que los rodea, y sus frutos y promesas.
En esta época que precede a la Navidad, incluso en los eventos sociales más intensos, como los políticos y los deportivos, no debe dejar de primar el mensaje eterno de Jesús: nadie es más que nadie, y todos merecen ser amados como uno se ama a sí mismo.
Con esa orientación en mente, el civismo campeará y será un privilegio compartir con sus semejantes sus compromisos sociales en la Santa Paz del Señor.
Recuerden: no deseen a otro nada que no deseen para sí mismos. Esa es la ley primigenia del amor y el respeto, que comienza con uno.
Ámense cómo yo los amo.
Siempre.
Pío