sábado, 1 de julio de 2023

Cómo un escándalo de abuso sacudió a la comunidad budista


En todas las religiones del mundo existen las llamadas sectas que se refiere a aquellos grupos o comunidades que se han separado a nivel ideológico-práctico de sus respectivas ramas tradicionales y las cuales en algunos de los casos poseen la característica de ser potencialmente dañinas o peligrosas; son diversificaciones negativas que pudiesen representar de manera errónea el verdadero sentido de diversas religiones.

El budismo no es la excepción, podemos encontrar un conglomerado de sectas/cultos con connotaciones budistas en donde se hace un uso desviado o abusivo del Dharma en beneficio personal y/o en condescendencia de la excentricidad del líder (o lideres) en cuestión.

Algunos de los signos o las señales principales para identificar a las sectas/cultos son:

1. El líder posee siempre la razón y sus afirmaciones son absolutas e irrefutables

Los lideres de sectas por lo general se presentan como grandes exponentes que poseen un conocimiento supremo, y de ahí la máxima de “el líder siempre tiene la razón”, de manera que los seguidores estén sometidos totalmente al criterio del líder. Cuando son cuestionados sobre su ordenación suelen ser evasivos o dan respuestas difusas con significados poco claros o desconocidos.

Este pudiese hacer uso de ciertos versos en especifico (de sutras, vinayas, etc.) para justificar pensamientos o acciones. Con su mente realizada, se siente con la autoridad “divina” de instruir a las personas en como viven y se comportan.

Por lo general cualquier cuestionamiento es considerado una falta por otros miembros y el líder, y podría ser sancionado como una manera de coaccionarle. Tergiversan los sutras de manera tal encaje a sus interpretaciones, tanto así que hasta el Sutra de los Kalamas (aquel que trata sobre el discernir) puede llegar a ser manipulado, a fuerzas de repetir y hacer énfasis en la condición de los seguidores de ser “aprendices del Dharma”, en donde dado su nivel de “ignorancia” deben de estar subyugados a las enseñanzas y las practicas del maestro antes de poder decidir por si mismos.

2. Todo el mundo conspira en contra de ellos

Te harán creer que están siendo atacados e intimidados por fuerzas “invisibles”, por personas de autoridad y por aquellos que están “envidiosos” de sus formas poca ortodoxas, como una manera de protegerse de la critica externa y de crear un ambiente de unión defensiva entre los miembros.

3. Explotación económica

Por lo general están preocupados en hacer dinero, ya sea con fines caritativos o en beneficio del centro. Uno de sus métodos favoritos consiste en enfatizar sobre la “carencia de ego”, la “avaricia”, la “vacuidad”, para luego relacionarlo con como el velar por el bienestar personal supone mucho menos merito en comparación con aquellos que lo comparten todo con la comunidad en “favor” del Dharma. Enseñan que sacrificarse por el bien de la organización es mucho mejor que invertir nuestro dinero en cualquier otra parte.

4. Uso del miedo y la intimidación

Las sectas religiosas podrían llegar hacer uso de la intimidación tanto de manera publica como en privado con el objetivo de mantener a sus miembros en línea. Los individuos particularmente débiles o aquellos enfrentando problemas personales son especialmente susceptibles a este tipo de tratos. A través de su carisma, los lideres de la secta son adeptos a “empatizar” con aquellos que presentan un problema.

Cuando el líder se molesta y utiliza palabras hirientes o subidas de tono, dan a entender esto como una forma de expresión de “amor y compasión” muy intensa. Y cuando el miembro en cuestión es también presionado en modificar su conducta por el líder y otros miembros, es ahí donde la intimidación se ve completada. Como resultado miembros de la secta se encuentran en una batalla continua en sentirse aceptados por los demás y mantener su estatus dentro del grupo.

5.Lavado de cerebro

Casi todas las sectas budistas hacen uso de ciertas técnicas para alterar la mente como podrían ser meditaciones, miedo al maestro, miedo al “mal karma” y manipulación emocional como una manera de “lavar el cerebro” de los miembros para que permanezcan en la congregación.

Estos lideres a su vez también son adeptos en crear remordimiento en personas con ataques de conciencia. En vez de guiar al estudiante a fortalecer su resolución personal de enfrentar sus "demonios internos”, este cultivará ideas sobre la liberación de estos a través del apoyo de la comunidad, perpetuando por tanto la dependencia al grupo.