Vive como si murieras a cada
instante…
Si realmente quieres vivir,
tienes que estar listo para morir. ¿Quién dentro de ti tiene miedo a la muerte?
¿Tiene la vida miedo a la muerte? No es posible. ¿Cómo la vida puede tener
miedo de su propio proceso integral? Algo más tiene miedo dentro de ti. El ego
tiene miedo dentro de ti. La vida y la muerte no son opuestas, el ego y la
muerte son opuestos. La vida y la muerte no son opuestas, el ego y la vida son
opuestos. El ego está en contra de las dos, la vida y la muerte. El ego tiene
miedo de vivir y el ego tiene miedo de morir. Tiene miedo de vivir porque cada
esfuerzo, cada paso hacia la vida, acerca la muerte.
Cuando la muerte ocurre y algún
ser querido se ha ido, un gran vacío queda en los corazones de aquellos que lo
amaron. Ese espacio puede ser usado... puede convertirse en una nueva dirección
de la vida. O si no lo usas, lo llenarás con basura otra vez. Es muy difícil
encontrar un hueco en tu continuidad. Cuando llega la muerte, el hueco está
disponible. Cuando alguien muere, no sólo es él quien muere; si lo amaste, algo
en ti también muere simultáneamente. Cuando desaparece, de repente sientes un
vacío en tu interior. Ese vacío puede convertirse en algo muy triste si no se
usa de forma creativa. Uno puede sentir que toda la vida ha perdido el sentido,
el propósito, la dirección. Uno puede empezar a vivir de forma muerta, a la
deriva y esperando la muerte. La vida puede convertirse en un asunto muy, muy
pesado. Pero ese espacio puede ser utilizado. Puede convertirse en
meditativo... puede convertirse en un viaje hacia el interior. Puedes encontrar
algo que se abra dentro de ti mismo. Cuando la muerte ocurre fuera, puedes
cerrar los ojos y la meditación será muy fácil en esos momentos porque el
pensamiento se detiene. La muerte es tal que no puedes pensar en ella. No hay
nada en que pensar. Es una conmoción, y una conmoción tan grande que todos los
viejos patrones de pensamiento simplemente se dispersan. Por unos momentos, por
unos días --depende de cuánto amaste a la persona-- el shock continúa
funcionando dentro de ti. Hace añicos el pensamiento. Esos son los momentos en
los que puedes ir más allá del pensamiento muy fácilmente. Puedes montarte en
la ola del no-pensamiento que la muerte ha creado en tu interior. Normalmente,
en Occidente en particular, la gente trata de distraerte. Si alguien muere, los
amigos, la familia y los parientes intentarán distraerte. Te invitarán a una
película, a un circo, a una fiesta, a un picnic, donde el propósito es
distraerte. O vendrán y te consolarán en nombre de la religión. Las dos cosas
que la sociedad te proporciona son el consuelo y la distracción, pero no la comprensión.