Todo se basa en la experiencia.
Zen es experiencial. No habla de grandes cosas, no es una filosofía. Es un
fenómeno simple y muy obvio― consiste en mirar en tu interior. ¿Qué puede ser
más fácil? A medida que profundizas en tu interior, un mundo totalmente nuevo
se abre ante ti y tu lenguaje se vuelve irrelevante. Todo lo que puedes decir
es que lo anterior se ha acabado. Lo “nuevo” no tiene continuidad con lo
antiguo. Ni el lenguaje ni ningún gesto, nada puede dirigir lo nuevo de la
manera en que lo antiguo sucedía. Lo nuevo trae su propio lenguaje. Lo nuevo
trae su propio lugar. Lo nuevo trae su Realidad Última.
viernes, 23 de septiembre de 2022
Visitamos el Templo Soto Zen de Sao Paulo - Brasil
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