viernes, 6 de diciembre de 2024

Hacia el Centro del Ser...


El Camino al Centro del Ser es una travesía profundamente personal y solitaria, que exige una valentía inquebrantable. Este viaje no es simplemente un recorrido físico, sino una exploración interna que lleva al individuo a confrontar sus miedos, dudas y sombras más profundas.

A lo largo de este camino, el viajero se enfrenta a la necesidad de despojarse de las máscaras y defensas que ha construido a lo largo de su vida. Es un proceso de autodescubrimiento y aceptación, donde cada paso hacia adelante implica un acto de coraje. La soledad en este viaje no es un aislamiento, sino una oportunidad para escuchar la voz interior y conectar con la esencia más auténtica del ser.

La valentía requerida no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de avanzar a pesar de él. Es la fuerza para mirar dentro de uno mismo y abrazar tanto la luz como la oscuridad que reside en el interior. Este camino es un acto de amor propio y de compromiso con la verdad personal, que lleva a una transformación profunda y duradera.

En resumen, el Camino al Centro del Ser es una odisea solitaria y valiente, que invita a la introspección y al crecimiento espiritual, revelando la verdadera naturaleza del individuo en su viaje hacia la plenitud y la autenticidad.

domingo, 1 de diciembre de 2024

La velocidad es antiespiritual

La velocidad es antiespiritual
No, Dios no es una meta; Dios es un peregrinaje. Eso tiene que quedar bien entendido. La idea de la meta es la idea de la mente egoísta. Y, naturalmente, cuando piensas en la meta, piensas en llegar rápido. ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué ir en carreta? ¿Por qué no ir a la velocidad de un jet?
Y hay maestros falsos, que dicen que su método funciona a la velocidad de un jet. No hay ningún método, ninguna tariqa. Pero eso atraerá gente porque la gente quiere velocidad. La gente quiere que ocurra algo inmediatamente. Así que promete que, con diez o veinte minutos por la mañana y diez o veinte minutos por la tarde, se iluminarán en dos o tres semanas. No se iluminarán, pero a quién le importa su iluminación. Ya han pagado la cuota, ahora se pueden ir cuando quieran, ¡se pueden ir al infierno! Han pagado la cuota… Y hay más tontos, que seguirán viniendo. Se puede antender siempre los tontos, son una clientela muy segura. La velocidad es antiespiritual. La misma idea de la velocidad es antiespiritual. ¿Por qué no disfrutar cada momento de la vida? Si lo hacemos, cada momento se convierte en una meta en sí mismo, cada momento es intrínsicamente valioso; no puede ser sacrificado por ninguna otra cosa.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Lo Numinoso...


Lo fascinante hace referencia a la seducción que tiene el misterio cuando se lo busca, y al deslumbre y admiración cuando se lo encuentra. Este es el efecto dionisíaco de lo numinoso. En la religión, este aspecto es llamado “gracia” o “visión beatífica”. Gracias a este elemento surge la fe, por el  lado religioso, y el deseo de reunificación de los místicos.


lunes, 9 de septiembre de 2024

He escuchado...

 


He escuchado...Había dos hombres de gran renombre como maestros del Sendero Recto. Ibn Halim relata que cuando fue por primera vez a ver a uno de ellos, cuyo nombre era Pir Ardeshir de Gazwin, le dijo a Pir Ardeshir: "¿Me aconsejarás qué hacer y qué no hacer?"

El Pir dijo: "Sí, pero te daré las instrucciones que te resulte muy difícil llevar a cabo, ya que irán en contra de tus preferencias, incluso si estas preferencias son a veces para la dificultad".

Ibn Halim pasó algunos meses con Pir Ardeshir, y descubrió que la enseñanza era realmente difícil para él. A pesar de que los antiguos discípulos de Pir Ardeshir eran ahora famosos en todo el mundo como maestros iluminados, él no podía soportar los cambios, las incertidumbres y las disciplinas que se le imponían.

Al final solicitó al Pir permiso para salir, y viajó a la tekkia del segundo maestro, Murshid Amali.

Le preguntó al Murshid: "¿Querrías poner sobre mí cargas que podría encontrarme casi intolerables?"

Amali respondió: "Yo no te impondría tales cargas".

Ibn Halim preguntó: "¿Me aceptarás, pues, como discípulo?"

El Murshid respondió: "No hasta que me hayas preguntado por qué mi entrenamiento no sería tan oneroso como el de Pir Ardeshir".

Ibn Halim preguntó: "¿Por qué no iba a ser tan oneroso?"

El Murshid le dijo: "Porque no me preocuparía por ti y por tu verdadero bienestar como Ardeshir se preocupaba por ti. Por lo tanto, no debes pedirme ahora que te acepte como discípulo".

La religión es tan simple como los peces nadando en el océano, pero el hombre se ha vuelto muy complicado. Es debido a la complejidad del hombre que la religión parece ardua. La religión no puede ser ardua porque es nuestra propia naturaleza. Está en nuestra respiración, está en los latidos de nuestro corazón, circula en nuestra sangre, es nuestra médula, nuestra alma misma. ¿Cómo puede ser difícil? La idea misma de dificultad surge debido a una noción equivocada.

Y los que van en busca se alejan cada vez más de la religión. Buscar es perder, buscar no es encontrar.

Buscar se vuelve cada vez más difícil; cuanto más lejos llegas, más difícil se vuelve, más frustrante, porque cuanto más esfuerzos haces para alcanzar a Dios, menor es la posibilidad de alcanzarlo.